viernes, 17 de septiembre de 2010

La selva de mi jardín

La matas de mi patio alguna vez pretendieron ser parte de un estudiado y concreto plan ideado, por mi, para tener un "diseño de jardín" en el cual la cerca de caña brava tapa la tapia y es la parte más alta, seguida de unas matas tipo cara-de-mula que dan el verde y hojas bonitas a mediana altura y luego, para completar la estética de esa terraza de plantas, unas chinas-dobles y otras maticas de hojas de colores...  Pero la verdad es que las matas se ha ido multiplicando como les da la gana!!!
Para empezar, un día, de la nada, salió una mata de tomates enanos. Aprovechamos algunos, la enredadera se esparció por todo el jardín, se comió el zacate,- hubo que cortarla- volvió a salir, esta vez le pusimos una barbacoa (o sea una reja para que se subiera, no fue que la quemé!!) y dio frutos durante algunos meses y ahora se seco.

Claro que esta explosión descontrolada de verde tropical ha sido así desde que nos mudamos a esta casa. Al tiempo de estar aquí, un árbol de papaya decidió plantarse solito y crecer cual si fuera un palo-e-pipa.
Hemos recogido algunas papayas pero la mayoría sufren su destino… se despapayan cuando caen desde lo alto!
El problema es que creció tanto, que no se pueden cosechar a tiempo. Al menos me consuela ver el intercambio entre el papayo (porque las frutas no traen semilla) y los pájaros y las ardillas, que algo aprovechan del despapaye de patio.

martes, 14 de septiembre de 2010

La libélua equilibrista

El patio de mi casa es todo un ecosistema, es más, es un universo en sí mismo. A mi me gusta imaginarme que es mi reducto personal de una selva primaria que se conserva en las márgenes del río María Aguilar.... Un día de estos, cuando compre baterías para la cámara, saco fotos y las subo.
La cosa es que suceden toda clase de intercambios eco-biológicos (si no existe el término, lo acabo de inventar): las abejas, los colibríes y las mariposas, amén de otros bichos con forma de abeja pero de color verde, un poco asquerosos, y algunos abejones de mayo trasnochados, se nutren de las flores más lindas y prehistóricas que yo haya encontrado a este lado del sur de La Sabana.

Esta mañana vi una libélula equilibrista. Se posaba en el alambre que cruza el patio, y se movía como si algo la hiciera perder el equilibrio. Casi, casi, casi… se daba vuelta completa agarrada con sus mínimas patitas. Salía volando y volvía a posarse en el mismo lugar y así otra vez el número de la libélula equilibrista me tuvo entretenida un buen rato.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Quisiera esta tarde...

Hoy disfruté de una bella mañana al sol, haciendo sin hacer, solo escuchando el río y meditando sobre el sentido de la vida. Mi vida, la de otros y la de los bichos que pueblan mi jardín.



Pero ahora es la tarde. Ya se viene el agua, suenan los truenos, se puso oscuro y va a caer un chaparrón de esos.



Quiero compartir este poema que me envió mi querida Pilar Quirós. Es un poco triste, claro es de Alfonsina Storni, pero lindo:



Quisiera esta tarde divina de octubre

Pasear por la orilla lejana del mar;
Que la arena de oro, y las aguas verdes,
Y los cielos puros me vieran pasar.

 
Ser alta, soberbia, perfecta, quisiera,
Como una romana, para concordar
Con las grandes olas, y las rocas muertas
Y las anchas playas que ciñen el mar.

 

Con el paso lento, y los ojos fríos
Y la boca muda, dejarme llevar;
Ver cómo se rompen las olas azules
Contra los granitos y no parpadear
 
Ver cómo las aves rapaces se comen
Los peces pequeños y no despertar;
Pensar que pudieran las frágiles barcas
Hundirse en las aguas y no suspirar;

Ver que se adelanta, la garganta al aire,
El hombre más bello; no desear amar...
Perder la mirada, distraídamente,
Perderla, y que nunca la vuelva a encontrar;


Y, figura erguida, entre cielo y playa,
Sentirme el olvido perenne del mar

Alfonsina Storni